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ara distribuir los valores de abono presentes en el estiércol líquido con la menor pérdida de emisión posible, es necesario colocar el estiércol líquido directamente en el suelo con la menor superficie de emisión posible. Esto sólo puede lograrse mediante el esparcimiento o, mejor, mediante la incorporación directa del estiércol en franjas al suelo. El esparcimiento de estiércol en una sola operación con colocación, corte o incorporación es la única forma rentable de abonar. Por regla general, la anchura de la franja suele depender de la vía de la barra distribuidora/cultivos. En el caso de vías de 30 m, por ejemplo, tiene sentido una anchura de franja de 15 m. Pero también puede elegirse, una barra distribuidora de mangueras de arrastre de 30 m junto con un tanque correspondientemente grande. Con la tecnología de aplicación a nivel del suelo, se aprovechan ventanas de tiempo de aplicación adicionales y se ahorra el costoso abono mineral, ya que se pueden aprovechar mejor los valiosos valores de abono del estiércol líquido.
El volumen del tanque, la capacidad de la bomba, la longitud del campo y la tasa de aplicación siempre deben tenerse en cuenta en el diseño de la anchura de franja. Nosotros calcularemos para usted, a la medida de su granja, los tamaños de tanque y las anchuras de franja adecuados.
El aplicador de zapatas de arrastre tiene unas zapatas de arrastre de diseño especial para poder abrir el cultivo y depositar el estiércol líquido directamente en el suelo. El aplicador de zapatas de arrastre está especialmente desarrollado para praderas y rodales, pero también puede utilizarse en tierras cultivables o en rastrojos. Dependiendo del tamaño del tanque, el aplicador de zapatas de arrastre es capaz de gestionar barras de distribución de hasta 24 m de anchura de franja. Las mangueras de salida de 40 mm de grosor se cargan uniformemente a través de uno o dos cabezales de distribución y se colocan a una distancia de 25 cm entre las filas. Un sistema de compensación de pendientes ajusta de forma óptima las zapatas de arrastre individuales con resortes al terreno. El goteo se evita girando hacia arriba las mangueras de salida. Las pérdidas de emisión se evitan mediante la aplicación directa con una presión de reja de aproximadamente 10 kg sobre el suelo. Los cabezales de distribución Alrena, especialmente desarrollados, cortan las fibras y garantizan la seguridad de funcionamiento del sistema. El cierre de anchura parcial está disponible como opción y permiten un esparcimiento preciso sin solapamientos.
